viernes, 23 de mayo de 2014

El Imaginario Victoriano de Travis Louie



Gracias a mi colega bloguero Javier Fuentes, dueño de "El Hurgador", he conocido a este artista. Ya se ha hablado en otro lugar de este blog del llamado Lowbrow Art como sinónimo del Surrealismo Pop. A Travis Louie (Nueva York,  1964) se le encuadra en esta tendencia.


 

Su obra consiste en mostrarnos extrañas, y en ocasiones, enormes criaturas, monstruos, insectos, seres que parecen salidos de "La Parada de los Monstruos", película de culto dirigida por Tod Browning en 1932. A todos ellos, los cubre con una pátina decimonónica,  y a la manera de los retratos victorianos, los presenta con monóculos,  con trajes de cuello de terciopelo y chalecos, antropomorfizándolos como hiciera hace dos siglos el genial Grandville. Mientras, envara a las mujeres con corsés y faldas que barren el suelo. 




Sus creaciones son ricas en referencias literarias hacia autores como Poe o Lovecraft pero también cinematográficas. Fundamentalmente del Expresionismo alemán de un Murnau o de Fritz Lang, pero también del cine negro americano de Jacques Tourneur o de Robert Siodmak, tal como él mismo afirma en su propia página que podéis consultar Aquí.





Sin utilizar colores, solamente el blanco y negro, y a través del lápiz y acrílicos, recrea ese ambiente tan especial escribiendo una historia para cada uno de sus personajes, haciéndoles vivir situaciones en mundos surrealistas y oníricos.




El sentimiento es de extrañeza pero también, y mágicamente, de ternura.
Una obra muy especial. 


Toda la obra gráfica ha sido extraída de su página web ( citada más arriba) y de su Instagram, con la única intención de divulgar su trabajo. De su misma página ha sido extraído el texto para elaborar la entrada.

sábado, 10 de mayo de 2014

La Seducción en la Mirada, Ojo de Amante



Entre el siglo XVIII y XIX, autores ingleses como Thomas Gainsborough, Joshua Reynolds o Richard Cosway realizaron obras para ser vistas en la intimidad de una alcoba, para recordar a un familiar muerto, al que estaba lejos o, más felizmente, al ser amado. Era el período de la Regencia Británica y se continuó  también posteriormente durante la época Victoriana, rica en miniaturas de este tenor.


Colección Martínez Lanzas de las Heras


Si el conocimiento por parte del gran público de las pequeñas miniaturas es una cuestión minoritaria, más lo son los llamados " ojos de amante", "retratos de un ojo solo" , también conocidos como "lover's eye".


En esa misma época y ya no sólo en Inglaterra o Francia, sino en Rusia y Estados Unidos pintores de retratos se especializaron en realizar estos pequeños dijes o camafeos que con todo lujo de detalles mostraban un único ojo del ser amado. De esa manera, el objeto de deseo estaría con uno siempre, mientras que para los demás quedaría oculto. Cejas y pestañas exquisitamente dibujadas, el nacimiento del pelo, quizás el puente de la nariz débilmente insinuado, lágrimas asomando acuosas y mostrando la tristeza por la separación física....Misterios profundos que no revelarían nunca la identidad del amado.


Estas pequeñas joyas fueron pintadas en acuarela sobre marfil en muchos casos. En otros y en función del precio a pagar, se pintaron sobre cartón, siendo luego engastadas en oro o plata, acompañadas de todo tipo de piedras preciosas: granates, perlas, turquesas, corales o amatistas. Las formas fueron múltiples: ya no camafeos, también anillos o cajitas.



Se cuenta que este tipo de imágenes se puso de moda cuando el futuro rey Jorge IV de Inglaterra se enamoró de una mujer casada y católica, lo cual no ponía la cosa fácil, ya que además de necesitar el consentimiento del rey para casarse que, obviamente, no obtendría, perdería el derecho a la sucesión. Aún así se casaron y aunque la unión fue declarada nula, continuaron con su idilio. Es en ese contexto cuando, el entonces todavía príncipe, le envíó un retrato de su ojo pintado por el miniaturista Richard Cosway. Ella, por su parte, le encargó al mismo pintor otro lover's eye para él. 



Esta moda la siguió la aristocracia inglesa y lo que comenzó siendo un recuerdo dado entre amantes, se hizo extensivo al intercambio entre mujeres de la familia o entre amigas. Si el ojo se veía entre nubes entonces se trataba de una pieza de luto.



Actualmente hay muy pocas obras de este tipo y muchas no son auténticas pero son de una exquisited sublime y entroncaré esto que os muestro con otras entradas más contemporáneas que revisitan los ojos de amante. 


Toda la obra gráfica así como el texto para elaborar esta entrada ha sido extraído de estas páginas: Aquí , Aquí   y Aquí.

Más obras sobre Ojos de Amante podéis admirar Aquí y Aquí

Y si queréis saber más sobre miniaturas, no específicamente de esta temática,  recalad en este blog que me ha resultado muy interesante: Aquí .     En ella encontraréis la colección del Sr. Martínez Lanzas de la que he tomado una de las fotos de esta entrada.