jueves, 30 de junio de 2011

Hiroshige- El Maestro del Ukiyo-e


En el mundo del arte y de la literatura occidental, un tema recurrente, plasmado a lo largo del tiempo, ha sido la idea de la brevedad y de la inconsistencia de la vida. Desde el Antiguo Testamento pasando por la ideología medieval, en el Renacimiento y fundamentalmente en el Barroco, la iconografía de la vanitas pobló multitud de lienzos que, a veces, con un carácter ejemplificante y didáctico, recordaban el carácter efímero de nuestro paso por el mundo. Calaveras y esqueletos pero también pompas de jabón, flores marchitas, espejos que muestran lo engañoso de la realidad, joyas o instrumentos científicos, formaban parte de esas representaciones.


Jan Vermeulen: Vanitas, 1654

Sin embargo, en el arte oriental, y en concreto en la cultura milenaria japonesa, durante el siglo XIX, la plasmación de esa realidad inconsistente, cuajó en la representación pictórica, pero lo hizo de distinta manera que en el mundo occidental. Siguiendo la tradición budista y el Shinto, se representaban paisajes, el teatro Kabuki, el Sumo, las casas de té... La idea que subyacía en esas representaciones era la de dejarse llevar por los sentidos, gozar de la vida y vivir el presente: el carpe diem latino.

En 1661, Asai Ryoi, escribía:

" Vivir para el momento, contemplar la luna, las flores de cerezo y las hojas de arce, amar el vino, las mujeres y la poesía, enfrentarse a la pobreza que salta a la vista con una broma llena de buen humor y no dejarse desanimar, dejarse conducir por la corriente de la vida como una calabaza que fluye río abajo: todo eso significa ukiyo".

Toda una declaración de intenciones. Eso es precisamente el Ukiyo-e, las "imágenes del mundo flotante", que, utilizando la xilografía como técnica, realizaban artistas profesionales anónimos por encargo y a buen precio. La impresión sobre madera, entonces, fue perfeccionada y se convirtió en un medio de producción en masa. Al principio sólo se utilizaba el blanco y el negro, pero a partir de mediados del XVIII se imprimió a todo color.


Trabajo de Ukiyo-e actual

Las planchas de madera no eran hechas por el artista que esbozaba el tema, sino por un artesano de la talla ; la reproducción de las estampas, las realizaba un impresor. El editor, dirigía, organizaba y comercializaba. El proceso de realización era complicado.  

Uno de los mayores representantes del Ukiyo-e fue Hiroshige ( 1797-1858) que comenzó a dibujar con 10 años, entrando en el taller de un maestro de la xilografía para aprender.

Retratos femeninos, actores del Kabuki, ilustraciones de libros, guerreros, flores, aves y peces ( influencia de la naturaleza muerta occidental), lugares de peregrinación (fenómeno de proporciones enormes desde la segunda mitad del S. XVII y principios del XIX) .......Todo esto fue plasmado por Hiroshige en casi ocho mil bocetos, otros autores hablan de cinco mil. 


Serie de las ocho vistas: comparación de mujer y paisaje, 1820


Los actores Ichikakawa Danjuro VIII y Segawa Kikunojo V, 1835


La casa de la Lealtad, Acto XI, 1836


Cuenco de Sushi 


Pez y conchas, 1835-1845


El martín pescador vuela sobre las gloriosas mañanas purpúreas, 1850


Peregrinación al santuario de la diosa Benzaiten en la gruta rocosa de Enoshima,
en la provincia de Sagami, 1850


Crisantemos

Sin embargo, Hiroshige, quizás influído por otro maestro del momento, Hokusai y su serie de vistas del monte Fuji, se centró en el género del paisaje, realizando series de "vistas urbanas sobre Edo" ( la actual Tokio), "Famosas vistas de la capital oriental", "53 estaciones"...


 Hokusai: 36 vistas del monte Fuji:  la gran ola de Kanagawa, 1830-33


Hiroshige: Famosas vistas de las 60 provincias. 
El mar bravo rompiendo en las rocas,1856

Historicamente, el aislamiento a la influencia occidental del archipiélago es roto en 1853, cuando el comodoro Perry fuerza a abrir varios puertos al comercio norteamericano. Japón desgarrado por luchas intestinas entre señores feudales tuvo un momento de cierta estabilidad cuando el clan de los Tokugawa asume el poder, lo centraliza y lleva la capital de Kyoto a Edo. Sin embargo, el fin del feudalismo está cerca, y en 1868 comienza la Era Meiji que supuso el momento de la modernización de Japón hasta 1912.

Este hecho fue importante para el mundo del arte , ya que, los contactos comerciales entre Japón y otras potencias supusieron el conocimiento de libros de toda clase de materias que dió una visión totalmente nueva a los artistas: conocieron la representación del espacio, de lo tridimensional y la perspectiva lineal ( aquella en la que la representación confluye matemáticamente en un punto de fuga central que "arma" toda la composición), y de la cual, Hiroshige fue un maestro. Además supieron de la linterna mágica, tan utilizada por el maestro Vermeer.


La ciudad floreciendo, 1857


100 Vistas de Edo

Su observación de la naturaleza fue nueva en el arte nipón; fue realista, estética, serena. Integró a la figura en el paisaje, con un interés especial por la luz y la atmósfera desde un ángulo muy personal. No idealizaba. Apelaba a lo emocional, al sentimiento, conectando muy bien con sus contemporáneos, que gustaban de esas representaciones.   

Uno de los colores más queridos por Hiroshige fue el azul prusia, llegado a Japón desde el exterior, que utilizó en todos sus tonos e intensidades. 


100 Vistas de Edo



Las 69 estaciones de Kiso Kaido


Zorros de fuego en la Nochevieja bajo
el árbol emoki, de las 100 vistas de Edo, 1857

Además de todos los temas referidos anteriormente, y junto a estampas de carácter erótico, Hiroshige creó otras con apariciones sobrenaturales y  humorísticas con una simpatía y sensibilidad que, según los críticos, influenció al moderno comic japonés: el manga.

Finalmente, comentaremos, que la influencia de las estampas de Hiroshige en la pintura europea fue extraordinaria, sobre todo en los Impresionistas. La importancia dada por el maestro a la luz y a las condiciones atmosféricas, la demanda de nuevos temas y medios pictóricos, hiceron el resto. Un nuevo modo de interpretación de la realidad se abría paso.

Manet, Degas, Monet, Van Gogh, Toulouse-Lautrec... marchantes que abrieron sus tiendas a la venta de arte asiático, revistas... Todos se vieron influidos por el "japonismo" del que hablaba Emile Zola.



Estampa de Hiroshige a la izquierda, reinterpretada por Van Gogh a la derecha

Hiroshige murió como consecuencia de una epidemia de cólera que, a mediados del siglo XVIII, segó la vida  de casi treinta mil personas en Japón.  Con su desaparición se fue , tal como afirma, Mary McNeill Fenollosa, " el artista de la niebla, la nieve y la lluvia" y ,sobre todo, un modelo del arte universal.



Hiroshige


Fuentes gráficas: 
 
 Obra de referencia: 
 
- Schlombs, Adele: Hiroshige. Editorial Taschen. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario