En la obra de Olga Suvorova, rusa nacida en 1966 en San Petersburgo, podemos encontrar, al menos, dos fases en su producción pictórica. En una, muestra unas telas en las que son retratadas mujeres, al aire libre, con un colorido fantástico y con una pincelada claramente deshecha, acompañadas siempre de gatos, uno de los animales que más se repiten en su obra.
En la otra vía de desarrollo de su obra ( dos ejemplos abren esta pequeña reseña), el color sigue siendo una característica esencial pero olvida la factura rota. Deja de lado el ambiente bucólico que rodeaba su acaso... ¿primera producción?, para dejarse llevar por una estética muy conectada con el Renacimiento en cierta poses, en ciertas simetrías compositivas y en toda una pléyade de simbologías en la utilización de determinadas flores- fundamentales los lirios como símbolo de pureza- muy importantes en su obra recuperando la que tuviera en la pintura holandesa del s. XVII, los bodegones, los personajes tomados de la Comedia del arte con sus instrumentos así como la aparición de todo tipo de exóticos animales.
Pero lo que más llama la atención de su técnica pictórica en esta obra es la magia y el preciosismo que pone en la realización de las telas en los vestidos de las mujeres que visten finos brocados o terciopelos cubiertos de dorados y joyas. Y aquí es en donde bebe directamente, y sin duda alguna, del gran maestro de la Secesion vienesa y del Simbolismo Gustav Klimt, del que se confiesa, he leído, una gran admiradora.
Toda la obra gráfica de esta entrada ha sido extraída de las siguientes páginas con el único propósito de divulgar el genial trabajo de esta artista : Alberty Gallery, en el caso de la obra que abre la entrada. El resto provienen de Academart, y de Artodyssey, las referentes a la, entiendo, primera parte de producción.
Pude observar que todos sus personajes miran con altivez o tristeza.
ResponderEliminarEntre el colorido exquisito los rostros hiper realistas parecen congelarse.
Es cierto, en ambas etapas de su pintura además!
EliminarGracias por la reflexión, espero que me siga visitando.
Un saludo
Estupendo. No sólo está Klimt por todos lados, sino los arlequines de Picasso, y el colorido impresionista. No conocía a esta mujer, pero será cuestión de hurgar por ahí. Me han encantado esas composiciones abigarradas en las que la alegrí exhuberante del entorno contrasta con el gesto grave y esas miradas hacia el espectador de unos personajes que no parecen muy felices de haber sido descubiertos.
ResponderEliminarTambién me recordó bastante a las cosas de Michael Cheval.
Siempre bueno, Olga. Que entretenido que esto sea inagotable.
Besos ya más en condiciones después de fresquetes y ventoleras.
Pues ahora que lo dices, sí, tiene un aire a Cheval y también es genial que el descubrimiento sea inagotable .
EliminarGracias como siempre Javi, por pasarte y dejarme tus siempre acertados y reflexivos comentarios.
Bico
Sí, también veo algo de Michael Cheval, además de Michael Parkes, Vladimir Kush, y quizás Daniel Merriam... pero también... va a sonar muy extraño pero me recuerda a los "splash screens" del software de Adobe y de Corel de los noventas, que a su vez me recuerdan a mi niñez.
Eliminar