Albrecht Atdorfer: La batalla de Isos, 1529, detalle.
Hijo del pintor Ulrich, a
Albrecht Altdorfer se le considera el mayor exponente de la escuela del Danubio, denominada "Donauschule" y que aunará el trabajo de varios artistas en Baviera y Austria y entre los cuales estará
Wolf Huber, en el primer tercio del siglo XVI inscribiéndose, por tanto, en el Renacimiento Clásico.
Wolf Huber
Altdorfer: " La soberbia acarrea mendicidad" 1531.
Renacentista es por su técnica al óleo y también por los temas tomados de la historia antigua, sin embargo, su obra muestra las diferencias existentes en la producción que se llevó a cabo en Europa bajo la denominación de Renacimiento.
Altdorfer: Susana y los viejos, 1526
Altdorfer: Susana y los viejos, 1526, detalle.
Fue el pintor del primer cuadro estrictamente paisajístico de la pintura europea. Mímesis pura, reproducción exacta de la realidad que le va a servir de marco, paradójicamente, para llenar las telas con visiones fantásticas. Trabajó en Ratisbona ( Baviera, Alemania) hasta el final de sus días en 1538.
Altdorfer: Paisaje del Danubio con el castillo de Wörth cerca de Ratisbona,
posterior a 1520
Gracias, una vez más, a viajes de formación, interiorizó influencias del arte centroeuropeo e italiano, siendo su principal influjo
Alberto Durero, de quien tenéis una entrada en este blog.
Altdorfer: La matanza de los inocentes, 1512-14
El género del paisaje plasmado de forma independiente, se desarrolla a partir del siglo XVI, de forma progresiva, inventándose toda una simbología y vocabulario para crear las formas de la realidad, ya que hasta ese momento, se pintaban rocas con pequeños árboles como hará Giotto. El paisaje era el telón de fondo de las composiciones. Pero a finales del siglo XV y principios del XVI, en Venecia, surgirá con más precisión, con autores como Carpaccio, Bellini o Giorgione.
Vittore Carpaccio: San Jorge y el dragón, 1516
Giovanni Bellini: El festín de los dioses, 1514
Giorgione: Fiesta campestre, 1510.
Quizás terminado por un discípulo suyo,
tras su muerte, en ese mismo año.
Sin embargo, la plasmación del paisaje, fue desarrollado en mayor medida, en el norte de Europa y, en concreto, en la zona del Danubio de la que hablamos, ya que, en el siglo XVI, todavía sobrevivía una naturaleza virgen: Cranach el Joven o nuestro autor, Altdorfer, pintan bosques cuajados de árboles que absorben a pequeñas figuras que parecen nada ante tal despliegue natural.
Altdorfer: San Jorge luchando contra el dragón en un bosque, 1512
Para Laneyrie- Dagen, además, esta representación paisajística tendría una vertiente política, en cuanto que aparece cuando las naciones comenzaban a constituirse como tales, a principios de la Edad Moderna, dando cuerpo a la teoría del "alma germana", de la pasión por la tierra, que tan peligrosa se tornaría, pasado el tiempo.
Altdorfer: La batalla de Alejandro, 1529, detalle.
A partir de ese momento, muchos artistas individualizaron los paisajes, pero lo hicieron de forma distinta: desde la obra de Durero cuando atraviesa los Alpes, a las pinturas de Adam Elsheimer, o posteriormente a principios del XIX, los personajes que, en soledad, mostrará un autor como Caspar David Friedrich, frente a abismos paisajísticos, de espaldas la mayor parte de las veces, mostrando el abandono del hombre ante una Naturaleza magnífica y enorme.
Alberto Durero: Willow Will, 1496-98
Adam Elsheimer: Huída a Egipto, 1609
Caspar David Friedrich: Monje a la orilla del mar, 1808-09
La que está considerada la obra maestra de Albrecht Altdorfer es La Batalla de Isos (también podéis encontrarla con el nombre de "La batalla de Alejandro"), cuadro creado en 1529.
Albrecht Altdorfer: La batalla de Isos, 1529.
Le fue encargado al pintor por el duque bávaro Guillermo IV y formaba parte de una serie de pinturas históricas confiadas para su realización a varios autores. El cuadro de Altdorfer muestra, en una abigarrada composición, la victoria de Alejandro Magno sobre las tropas persas de Darío III en la batalla de Isos en el año 333 a. C.
Altdorfer: La batalla de Isos, 1529, detalle.
El paisaje que nos muestra es alucinante, casi irreal si os fijáis en el cielo. Un cielo desatado que parece participar también en la batalla. Por ello, se me antojan dos partes bien diferenciadas: una, la inferior, presenta el fragor de la batalla en la que el rey persa huye en un carro de guerra, siendo perseguido por el macedonio.
Altdorfer: La batalla de Isos, detalle.
Darío.
Fuente de la imagen:
Aquí
Altdorfer: La batalla de Isos, detalle.
Alejandro.
Lanzas de soldados se alzan por doquier, unos huyen, otros avanzan. La utilización del color es maravilloso, con un claro predominio de los cálidos, que nos acercan al estrépito del combate. La minuciosidad y el detallismo con el que está creado cada mínimo elemento del cuadro es fantástico.
Altdorfer: La batalla de Isos, detalle.
Altdorfer: La batalla de Isos, detalle
Pero la superior, esa, muestra a una naturaleza desatada, turbulenta que acompaña la violencia de la contienda.
Altdorfer: La batalla de Isos, detalle
Altdorfer: La batalla de Isos, detalle
Altdorfer fue, en el mundo germánico, con Lucas Cranach el Viejo, Wolf Huber y Jörg Breu, el creador de un arte original basado en un tratamiento del paisaje muy particular y como, se indica en el título, junto a todos ellos formó parte de la llamada Escuela del Danubio.
Firma autógrafa de Altdorfer
En cuanto a las obras de referencia:
- Huyghe, René: El arte y el hombre, tomo II. Edit. Planeta, 1974
- Laneyrie- Dagen, Nadeije: Leer la pintura. Edit. Larousse, 2005
- Stukenbrock, Christiane, y Töpper, Barbara: 1000 obras maestras de la pintura europea del siglo XIII al XIX. Edit. Köneman, 2000.