domingo, 26 de mayo de 2013

El Manierismo de los Jardines de Bomarzo



En 1962, el escritor argentino Manuel Mujica Láinez escribió la que está considerada su obra magna, Bomarzo, una novela histórica que traza el desarrollo vital del Conde Pier Francesco de Orsini, apodado Vicino,  hijo, nieto y él mismo, condottiero, es decir, capitán de tropas mercenarias que estaban al servicio de las Ciudades Estado italianas que durante siglos estuvieron enfrentadas entre sí hasta el proceso de Unificación Italiano en la segunda mitad del siglo XIX.


El telón de fondo de la obra lo constituyen los jardines del Castillo de los Orsini en Viterbo, patria de los etruscos, y que fueron construídos una vez que la mujer de Orsini, Giulia Farnese, muriese en 1550. Los trabajos empezaron en 1552 y concluyeron en 1558.


 No hay consenso entre los historiadores del arte sobre quién los realizó: para unos fue Pirro Ligorio y Jacopo Vignolo; para Mª Cruz Morales, sin embargo, su creador fue Anmanatti.(1) Otros autores manejan otros nombres diferentes ( 2) 


En lo que sí se está de acuerdo es que Bomarzo es Manierista, un manierismo que fue entendido hasta bien entrado el siglo XIX con un sentido peyorativo dada la exageración de los cánones clásicos que realizaron los autores enmarcados en esa tendencia entendida como el último coletazo del Renacimiento cinquecentista. Hoy esa idea está superada. No hay nada negativo en el Manierismo. La objetividad, el canon, el idealismo renacentista son sustituídos en él por la subjetividad, lo irracional, lo equívoco e huidizo , el sentimiento y la imaginación y, en este punto, hay una gran proximidad y un contacto muy importante con lo que será el Romanticismo siglos después. ( 3) 


En cuanto a la creación de jardines no se buscaba en estos momentos la funcionalidad , se buscaba " por medio de un paisaje encantado un medio ambiente determinado de otro ( el mundo de lo vulgar y lo cotidiano) y donde la imaginación del hombre enriqueciese a la naturaleza y se mezclase con ella".  (4 )




Magia y hechizo, pues, se dieron cita  en el conjunto de esculturas que mezclando arte y naturaleza se dieron en llamar  "Parque de los Monstruos" o "Bosque Sagrado". Hay toda una simbología que nos espera para ser desentrañada. Llenos de esculturas especiales, terribles, mitológicas, fantásticas........ Estos jardines sirvieron de "leiv motiv" a escritores y pintores desde el mismo momento de su creación para llenar sus propias ensoñaciones y aún hoy en día son visitados por gentes que buscan en ellos la aureola de magia y esoterismo que puedan engendrar. 





Sin orden en la disposición, a diferencia del resto de los jardines renacentistas geométricos y simétricos, dos esfinges flanquean la entrada al recinto, Saturno y Jano, una Gran boca de fauces abiertas coronada por un astrolabio sobre el que se apoya un fortín de cinco torres, Hércules descuartizando por la mitad a Caco, un busto de Pan y una tortuga gigante con un globo en el caparazón, un Pegaso a punto de echar a volar, una Harpía con cola de pez, una Sirena bífida y una pareja de leones, un cancerbero de tres cabezas, una gran Cara que se asemeja a una gruta y en cuyo labio superior está escrito "Todo Pensamiento Vuela", un elefante que lleva sobre él una torre, un Dragón luchando con una loba, Venus, Neptuno, Ceres, las tres Gracias, Zeus, Proserpina......No es fácil la interpretación de toda esta panoplia de imágenes. 






Pero es maravilloso dejarse llevar por el ensueño.


Por último diremos que durante muchos años Bomarzo estuvo abandonado y fue cubierto por la naturaleza, pero posteriormente, Dalí por ejemplo o Jean Cocteau o el propio Mujica Láinez o Alberto Ginastera con la ópera que escribió del mismo nombre y con libreto del mismo Mujica, lo rescataron del olvido.




Habría que decir al respecto de la ópera que en su estreno, el presidente de la República Argentina, en aquel momento, el general Onganía, firmó un decreto por el que se designaba a Láinez y a Alberto Ginastera ministros plenipotenciarios por la importancia de la ópera en la  difusión de la cultura argentina. Sin embargo, en 1968, un decreto oficial prohibió su presentación en el Teatro Colón de Buenos Aires considerándola una obra inmoral ( 5)




 
 
Toda la obra gráfica ha sido extraída de Wikimedia Commons ( Aquí)

Obra de referencia y citas:

- Mujica Láinez, Manuel: Bomarzo. Ed. Seix Barral, 2010
5- Mujica Láinez, Manuel: Bomarzo. Ed. Seix Barral, 2010. Preliminar de Marcos Ricardo Barnatán, pág. 15.

domingo, 19 de mayo de 2013

Benjamín Palencia - El Renovador del Paisaje



Benjamín Palencia :Villar del Pedroso, 1930

 Para comprender el desarrollo de la obra de Benjamín Palencia, tenemos que tener en cuenta el contexto en la que ésta se desarrolla y, para ello, debemos referirmos a la Guerra Civil ( 1936-1939). Una guerra civil, que partió a España en dos, que destruyó las experiencias vitales y las realizaciones profesionales de millones de personas, que lo partió todo y lo hirió todo.



 En el caso de la obra de Benjamín Palencia por tanto, hay un antes y un después con respecto a esta guerra fraticida. La obra que realiza antes del conflicto bélico, participa de la vanguardia que se está desarrollando fuera de nuestras fronteras;  mientras, la posterior, lo devuelve a la realización de una obra figurativa más realista y sobre todo al paisaje protagonista absoluto de su pintura.


Benjamín Palencia: Bodegón, 1921


Benjamín Palencia: Bodegón, 1924


Benjamín Palencia: Bodegón de taza y azucarero, 1927

Tanto sus dibujos ( fue un fecundo dibujante) como sus óleos, en esta primera fase, se pueblan de rasgos cubistas en algunos casos y también surrealistas que beben directamente de la obra de Dalí, como él mismo reconoció en su momento. A su surrealismo se le calificará de " surrealismo telúrico" ya que empleará materiales como tierras, arenas o cenizas para crear sus paisajes. Además recogerá rasgos primitivistas que fueron ampliamente utilizados por los ismos de principìos del siglo XX al calor del Imperialismo Colonial y el conocimiento de otras culturas que hacían un tratamiento de la estética diferente al occidental.

Benjamín Palencia: Cabeza con luna, 1930


Benjamín Palencia: Cuatro Figuras, 1932



Benjamín Palencia: Figuras y Paisaje, 1930


Benjamín Palencia: Paisaje, 1932


Benjamín Palencia: Toros, 1933

Su contacto con la vanguardia tendrá lugar cuando de Barrax, la pequeña población de Albacete donde nace en 1894, se traslade a Madrid y conozca al grupo de intelectuales que viven en la Residencia de Estudiantes. Rafael Alberti, Lorca, Buñuel, Dalí, Maruja Mallo serán sus amigos tertulianos. Muy poco después establecerá, durante dos años, su residencia en París contactando con artistas de origen español que viven allí para empaparse de la  bullente vida artística de la ciudad pasando a formar parte de la denominada segunda Escuela española de París . Estos creadores estaban vinculados a la revista Cahiers d'Art y podríamos citar entre otros a Manolo Hugué, Pablo Gargallo, Joan Miró, Salvador Dalí, Picasso o los franceses Braque y Cocteau.


Benjamín Palencia: Figuras, 1932


Benjamín Palencia: Figuras, 1933


Benjamín Palencia: Los Iluminados, 1931

Pero hay una dicotomía en él, porque si bien es cierto todo lo que acabamos de exponer, Palencia, antes de su marcha a París, acude con mucha asiduidad al Museo del Prado para contemplar las obras de los grandes de la pintura de todos los tiempos: El Greco al que admira muchísimo y que dejará una huella indeleble en su obra temprana, así como, Solana, pero también Velázquez, Zurbarán o Goya. Lo que se quiere expresar es que vanguardia, sí, pero también tradición, se dan cita en sus creaciones de esta primera época.


Benjamín Palencia: El Librero, 1930-36
En esta obra la influencia de El Greco es clara
Fijaos en toda la figura pero sobre todo en sus manos y en el tratamiento del color
y del paisaje 


Benjamín Palencia: El Grabador

Sus telas y dibujos nos muestran figuras y bodegones, naturalezas muertas y paisajes.Además colaboró con multitud de publicaciones y revistas: Revista de Occidente, Ronsel, Residencia, Litoral.....y tendríamos que citar una exposición clave en el desarrollo de su pintura, que va a tener lugar en 1925, antes de irse a París, y que dará entrada a más de 500 obras de distintos autores contemporáneos del pintor : la Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos en el Palacio del Retiro de Madrid.


Benjamín Palencia: dibujo presentado en la revista Residencia, 1926



"La Sociedad de Artistas Ibéricos nace a finales de 1924 con el propósito de renovar tanto el arte como la relación con el público, pues, como señalaban los firmantes en su primer Manifiesto (Alfar, septiembre 1924): “el horizonte de la actividad artística está por configurar. El único árbitro posible es un público informado”. Además de una exposición, conferencias y multitud de revistas especializadas, participan en la reactivación del arte español en un momento en el que uno de los principales objetivos es la transformación de la política cultural española definida bajo la dictadura de Miguel Primo de Rivera (1923-1931)" (1)

 En 1927 y hasta 1930, junto a su colega escultor Alberto Sánchez, crea la llamada Escuela de Vallecas para crear un " Nuevo Arte" desvinculado de toda aquella novedad parisina o procedente de cualquiera de fuera de nuestras fronteras. De nuevo se vuelve a hablar de " arte puro, libre de cualquier artificio" ( 2)


Benjamín Palencia y Alberto Sánchez 

 Además de a París viajará a Italia asimilando las obras de Giotto, Ucello, Piero de la Francesca, Rafael, Miguel Ángel, Tiziano, Tintoretto . Inglaterra, Estados Unidos y Alemania serán otros de sus destinos. En Berlín su exposición será clausurada por ser considerado exponente del llamado "arte degenerado" por los nazis. 


Benjamín Palencia: Cabeza de Personaje, 1934


Benjamín Palencia: Mujeres, 1939

Sin abandonar España y tras la Guerra Civíl,, como se comentaba al principio, vuelve a crear una obra realista y se dedica fundamentalmente al paisaje. Reinicia una segunda Escuela de Vallecas con nuevos componentes: Álvaro Delgado, Luis García Ochoa,  Francisco San José o Carlos Pascual de Lara. (3)


Benjamín Palencia: Niños de Vallecas, 1947


Benjamin Palencia: La Era, 1945


Benjamin Palencia: La Feria de Caballos, 1946


Benjamin Palencia: Barcos de Pesca, 1947

Sin embargo, la síntesis entre tradición y mordenidad seguirá estando presente en su obra. Y en los años cuarenta, además de paisajes, niños y jóvenes, desnudos femeninos y bañistas serán los protagonistas de su obra. La influencia picassiana es patente y la valoración del color se hará más clara en sus obras.


Benjamín Palencia: La Luz Encendida, 1948


Benjamín Palencia: El Embarcadero, 1952


Benjamín Palencia:  Paisaje con Monte, 1952


Benjamín Palencia
Paisaje, 1959 ( izquierda)



Benjamín Palencia 
Paisaje, 1970 ( abajo)








Otro ejemplo de paisaje
debajo de 1967




Benjamín Palencia: Árboles en flor y caballos, 1968


Benjamín Palencia: La Feria es un prodigio, 1968

Elegido académico por la Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1974 y recibiendo la medalla de Oro al mérito de las Bellas Artes así como otros reconocimientos , Benjamín Palencia morirá en 1980.


Benjamín Palencia: Tubos de Órgano, 1943



Toda la obra gráfica ha sido extraída de Ciudad de la Pintura, si no ha sido así tenéis debajo de las fotografías las páginas de dónde se han copiado.

La obra fundamental que ha sido utilizada para realizar la reseña es el catálago de la exposición que la Obra Social Caja Madrid, realizó en enero/febrero de 2001 en Pontevedra, texto de Marta Mantecón al que pertenece la cita 3. 

- Además podéis consultar la última entrevista que le hicieron en el periódico El País: Aquí, así como otras noticias referidas a él en el mismo periódico: Aquí.
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